lunes, 19 de enero de 2015

Un cocinero en Mendoza! Parte I

Con grandes expectativas culinarias emprendimos nuestro viaje hacia la ciudad de Mendoza.
A medida que los kilómetros trasncurrían la geografía iba mutando del otro lado de la ventilla. Las llanuras fueron adoptando una forma más ondulada hasta convertirse en grandes sierras. Los pastizales fueron apagando su verde hasta fundirse en marrones terrosos.
La fauna también fue reflejando el cambio que sucedía fuera del auto; las vacas comenzaron a escasear hasta convertirse en pequeños y ágiles chivos.
Todas estas transformaciones forman parte de un viaje. Es la parte mágica del movilizarse!

De esta forma, con estos colores terrosos y áridos nos recibió Mendoza.

Recorrimos la ciudad al paso. Caminos por la peatonal, recorrimos el parque, sin grandes sobresaltos.
Ciudad coridal, ordenada, prolija, con un sentido de estética moderado. Su gente, amable y gentil, dispuesta a a galardonar a su invitado.

Luego emprendimos la parte gastronómica del viaje. En primer lugar visitamos la Bodega de la Familia Zuccardi. En ella se respira un clima cálido emarcado por su entorno de trabajo familiar. La recorrida fue muy instructiva, donde aprendimos los secretos de la elaboración del vino y culminamos con una interesante cata de bebida espirituosa.
Para la no tan grata sorpresa nuestra almorzamos en el Restó de la bodega llamado "Pan & Oliva" (nada tiene que ver con este blog). ¿Casualidad? No lo sabemos, lo que si podemos afirmar es que esperábamos más de su comida en un ambiente tan agradable como ese.


Enmarcados por unos de los paisajes más lindos de nuestra travesía, nos dirigimos a Tunuyán, situado en la zona de Valle de Uco. Allí se encuentran las bodegas más nuevas radicadas en esta provincia, las cuales tienen la singularidad que sus uvas están cultivadas a alturas considerables.
Recorrimos el Manzano Histórico, momunento que emula el encuentro del General San Martín con Olazabal.

Ya próximos a adentrarnos en el cruce de los Andes (será la parte II de estas crónicas de viaje), visitamos la Bodega Holandesa Salentein.



En ella podemos visualizar el cuidado de la limpieza, los avances tecnológicos más destacados en cuanto a la vitinificación, como así también un claro y distinguido cuidado por la estética y la armonía.
Vale destacar la cava que sirve como cámara de conciertos en diferentes épocas del año.



Hasta aquí mendoza nos recibió con sus vinos, su belleza geográfica y la calidez de su gente.
Ya veremos que nos depararán nuestros amigos los caballos....




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