La cocina debe ser un espacio de permanente atención sobre la limpieza y desinfección. Algunos
consejos
En las carreras profesionales de Gastronomía, la higiene es una materia
tan importante como la de aprender a cocinar. Sin embargo, en la cocina
hogareña, según estadísticas sobre el tema, los esfuerzos por la limpieza se
redoblan con las campañas sanitarias cuando se levanta la voz de alerta en
tiempos caniculares y el calor atrae visitantes temporarios dormidos con los
fríos o cuando las gripes se extienden con nombre propio. Ahí está el error,
señalan los médicos e ingenieros sanitaristas, la cocina debe ser un espacio de
permanente atención sobre la limpieza y desinfección donde un producto tan
sencillo como la lavandina demostró ser el desinfectante más efectivo para
superficies y utensilios, sin anular el uso de otros.
Limpiar no es sinónimo de desinfectar. Se limpia con agua, jabón o
detergente para eliminar la suciedad y algunos gérmenes. Se desinfecta con
soluciones que eliminan las bacterias y otros gérmenes.
Hay que detenerse a desinfectar -después de su limpieza- las manijas de
los muebles de cocina, de la heladera, del microondas, la mesada, la pileta de
lavar, las canillas, la mesa y, lo que nunca debería faltar, el recipiente para
la basura y su tapa.
Sumar los lugares donde pasan las manos como picaportes y llaves de luz.
Al final, esponjas y paños de limpieza se deberán lavar y finalizar con agua de
lavandina.
Cambiar las tablas y utensilios de cocina cuando se trabajan alimentos
crudos y otros cocidos. Y nunca apoyar las bolsas de las compras en las mesas y
mesadas para evitar contaminar con los gérmenes que se traen de la calle.
Mesa y mesada
Diluir 1 taza de lavandina en 4 litros de agua y utilizar un trapo
humedecido en esta solución.
Tablas de cortar
Desinfectar con 1 cucharada de lavandina en 1 litro de agua..
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