miércoles, 17 de octubre de 2012

A Limpiar....

 
 
La cocina debe ser un espacio de permanente atención sobre la limpieza y desinfección. Algunos consejos
En las carreras profesionales de Gastronomía, la higiene es una materia tan importante como la de aprender a cocinar. Sin embargo, en la cocina hogareña, según estadísticas sobre el tema, los esfuerzos por la limpieza se redoblan con las campañas sanitarias cuando se levanta la voz de alerta en tiempos caniculares y el calor atrae visitantes temporarios dormidos con los fríos o cuando las gripes se extienden con nombre propio. Ahí está el error, señalan los médicos e ingenieros sanitaristas, la cocina debe ser un espacio de permanente atención sobre la limpieza y desinfección donde un producto tan sencillo como la lavandina demostró ser el desinfectante más efectivo para superficies y utensilios, sin anular el uso de otros.
Limpiar no es sinónimo de desinfectar. Se limpia con agua, jabón o detergente para eliminar la suciedad y algunos gérmenes. Se desinfecta con soluciones que eliminan las bacterias y otros gérmenes.
Hay que detenerse a desinfectar -después de su limpieza- las manijas de los muebles de cocina, de la heladera, del microondas, la mesada, la pileta de lavar, las canillas, la mesa y, lo que nunca debería faltar, el recipiente para la basura y su tapa.
Sumar los lugares donde pasan las manos como picaportes y llaves de luz. Al final, esponjas y paños de limpieza se deberán lavar y finalizar con agua de lavandina.
Cambiar las tablas y utensilios de cocina cuando se trabajan alimentos crudos y otros cocidos. Y nunca apoyar las bolsas de las compras en las mesas y mesadas para evitar contaminar con los gérmenes que se traen de la calle.
Mesa y mesada
Diluir 1 taza de lavandina en 4 litros de agua y utilizar un trapo humedecido en esta solución.
Tablas de cortar
Desinfectar con 1 cucharada de lavandina en 1 litro de agua..
Por Miriam Becker | Para LA NACION
 

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