Muchas son las versiones sobre la invención de este delicado postre francés que ha sabido cautivar al mundo gastronómico. Sin embargo, todas poseen como denominador comun la historia de las hermanas Tatan.
Las hermanas Tatan eran nativas de un pequeño pueblo francés, donde tras la muerte de sus padres habían colocado un petit hotel en su casa natal. La hermana mayor se encargaba de la cocina, mientras que la otra del servicio de los huéspedes.
Una noche como tantas otras, prepararon el habitual pastel de manzanas. Pero algo fallo y la historia cobro un giro repentino…. La mayor de las hermanas, al sacar el pastel del horno, se quema cayéndose el mismo al piso. Dicho inconveniente provoco una fuerte discusión entre ambas. Sin embargo, frente a la imperiosa necesidad de servir el postre a los comensales, decidieron rearmar los restos del postre. De esta forma, colocaron los trozos de manzanas sobre el resto de masa que había quedado inmune, creando de este forma una “torta invertida”. Fue tal la aceptación del plato que los huéspedes comenzaron a pedir el famoso postre de las hermanas Tatan.
Luego fue el mítico critico gastronomico Curnosky quien en sus viajes para rescatar la cocina del terruño francés, rescata esta receta y la lleva al corazón de Paris y con ella al mundo entero.
Concluyendo, observamos como de los errores y los conflictos pueden salir a la luz las ideas y ocasiones más hermosas. Solo depende de la impronta y la creatividad que plasmemos en nuestros actos.
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