"La Sal de la Vida"

Dicha película de origen griego conjuga emoción y cocina. Una estructura simétrica y prolija ordena los acontecimientos en tres saltos al pasado que corresponden a sendas comidas: entrada, plato principal y postre (principio, nudo y desenlace).

Haciendo uso de la memoria evocativa, el protagonista, rememora aquellas emociones despertadas por las fragancias más sutiles e intensas que merodeaban su infancia. Las mismas se conectan directamente con la figura de su abuelo, quien con enseñazas y afecto supo cosechar en ese niño la especia más sabrosa y grata: la pasión. 

Ahora bien, ese muchachito creció, contrajo obligaciones y deberes. Olvido a su niño interior y con el a su propio sentido. Pero una vez mas, la vida demuestra que son las pequeñas cosas las que condimentan nuestros días llenándolos de color. Solo debemos volver a conectarnos con nuestros deseos, nuestras pasiones. “Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar. Si no perdemos contacto con ese niño, no perderemos el contacto con la vida” (Paulo Coelho).

En un momento dado, el abuelo le explica a su nieto que el vocablo gastronomía contiene la palabra astronomía, realizando un paralelismo entre las diferentes especias con los planteas.

Aquí citaremos los mismos:

“Pimienta, es caliente y quema: es como el Sol. El Sol todo lo ve, por lo cual la pimienta va bien con todas las comidas.”

“Canela: es como Venus. Venus era la más bella de todas las mujeres, por esa razón la canela es la vez dulce y amarga, como todas las mujeres.”

“Luego esta el planeta Tierra, donde existe la vida. ¿Pero que es lo que se necesita para la vida? Los alimentos. ¿Y que requieren los alimentos para ser mas sabrosos? La Sal. La vida también necesita Sal para ser mas sabroso”.

La receta recuerda a Cinema Paradiso del italiano Giuseppe Tornatore: su dinámica dramática y temporal, el clima nostálgico evocativo de la infancia, la tierna relación entre el anciano sabio y el niño ingenuo.

Resumiendo, podemos afirmar que La Sal de la Vida emociona y hace sonreír; el trasfondo doloroso siempre presente en cualquier tipo de exilio queda "oculto" como las cebollas en la carne asada, según la fórmula tradicional.